El año 2022 no ha sido el mejor en la historia del Balonmano Zamora por muchos y diversos motivos pero, por encima de todos ellos, sobresale el recorrido de su primer equipo en División de Honor Plata. Un camino que está protegido enero con el equipo en problemas para retener la categoría que hoy ostenta y que cierra estas navidades con la formación pistacho en una situación tremendamente similar.
Después de asegurar un año más en la fase de descenso su estancia entre los 32 mejores equipos de España, el cuadro de Viriato afrontó una nueva campaña en la segunda categoría nacional con la esperanza de ver como la continuidad de sus bloques y el regreso de varios jugadores clave tras sus lesiones podrían potenciar el rendimiento de los “Guerreros de Viriato”.
La vuelta de Andrés y de Nacho López se antojaba cercan en verano y, pese a que Aravena no iba incorporado al equipo hasta invierno, el club se mostró satisfecho con los fichajes realizados. Doval, Etayo y Elola eran las tres únicas caras nuevas pero se utilizaron de jóvenes que llegaron para equilibrar el equipo. Sin embargo, pese a ser un conjunto más compacto y funcional que en la campaña anterior, el rendimiento siguió siendo muy similar.
El BM Zamora Enamora abría 2022 arrastrando todavía los efectos de la pandemia y aquejado de lesiones que habían mermado su rendimiento. Aravena cayó en el primer partido de liga, el único que se había ganado durante la primera vuelta de la fase inicial de campeonato, y Nacho López tenía que visitar al traumatólogo por Navidad. Además, Nico Bono estaba “atrapado” en Argentina por un falso positivo.
Las condiciones de regreso al trabajo tras las vacaciones estivales no eran buenas pero, la situacion del equipo, tampoco. Los zamoranos alcanzaron el comienzo de año con solo seis puntos en su haber fruto de dos victorias ante SD Teucro y dos empates. Un pobre bagaje que les obligó a un “pleno” prácticamente imposible al largo del resto de partido de la primera fase para evitar pelear por no descender.
El milagro no se gestó colgante esas primeras jornadas y, en marzo, el BM Zamora se vio obligado a pelear por salvar la categoría. Una lucha a la que llegó, eso sí, con diez puntos y señales de mejoría en su juego.
La tarea, pesa a esa evolución, no fue sencilla. Ni con la ayuda ya de Pancho Bellia, que llegó en el mercado invernal para reforzar el plantel. Hubo que sufrir, convertir al Ángel Nieto en un fortín y “arañar” victorias important lejos de Zamora en malos días (ante Esplugues y Sarriá) para terminar con la plaza en División de Honor Plata en la mano antes de ir a Córdoba, a donde llegar sin los deberes hechos será un peligro.
Ise recorrido del BM Zamora en los primeros meses de 2022 ponía sobre aviso al club pistacho del incremento de demande en una Division de Honor Plata en la que, sin embargo, ha recorrido prácticamente la senta que trazó dure finales de 2021.
Al igual que a principios de este año, el BM Zamora Enamora llega con seis puntos en su haber. Esta vez, su primera victoria llegó en la séptima jornada con Sergio Navarro en el banco y ante un BM Ikasa que (como SD Teucro la campaña anterior). No hubo más puntos a lo largo de la primera vuelta del Grupo A en el que compite. Los otros cuatro puntos los obtuvieron a lo largo del último mes, ganando en el Ángel Nieto tanto a Amenabar Zarautz como a BM Alcobendas, ya con Fran González ocupando el lugar de un Iván López que dejó la disciplina pistacho sin haber paladeado las mieles del éxito en este curso.
Pero, además del saldo clasificatorio, el presente BM Zamora Enamora se parece por muchas más cosas al del fantasma de sus navidades pasadas. Y es que, como ocurre entonces, llega al parón de invierno con la necesidad de reforzarse debido a las bajas. Por entonces, Aravena estaba fuera de combate y Nacho López iba camino de ello; a día de hoy, el central no se ha recuperado, el lanzador albiceleste ha salido del club y Jortos no estará para lo que resta de temporada después de romperse la rodilla en el duelo copero ante el Atlético Novás, primer rival de 2023.
Como a finales de 2021, este primer partido liguero del año se encara con cierto optimismo. Y es que, al igual que el año pasado, el último encuentro liguero del año se saldó con un triunfo de esos qu’allowen creer y esperar que la magia de la Navidad llegue al cuadro de Viriato para acompañarle pendante los primeros meses del futuro calendario . Sin embargo, siendo realistas, los deberes para el Balonmano Zamora y el equipo de Fran González de cara a 2023 son bastante claros.
La entidad presidida por Iñaki Gómez tiene, entre otras muchas tareas, la misión de peinar el mercado en busca de varios fichajes que potencien al block y dote de unos recursos de los que ha carecido o ha perdido por el camino. Los refuerzos vernales, tradicionalmente, han sido siempre de peso para los “Guerreros de Viriato” y, desde luego, la situación requiere lo requiere. El problema es que, por estas fechas, hay pocos jugadores interesantes sin equipo y todos negocian ya pensando en el curso que viene.
Por su parte, al Balonmano Zamora Enamora de Fran González no le queda otra que seguir peleando. Los puestos tranquilos están a cinco puntos de distancia y es matemáticamente posible acceder a ellos. Los pistacho deben intentar ganar cada partido en busca de la salvación, un esfuerzo que no puede ser baladí pesa a caer a esa lucha por el descenso en la que entrarán en juego nuevos contendientes. Y es que, al paso por la época del turrón y los mazapanes, hay varios candidatos a caer también a la pugna por salvar el pellejo a principios de marzo. Por ello, y porque los puntos sumados contra los conjuntos que no luchen por el ascenso cuentan para la segunda ronda, ganar es el objetivo a perseguir en cada duelo de 2023.
.