
Lleno total en los tendidos en la plaza de toros de Manizales. Última feria. Se lidiaron seis toros de la ganadería de Zalduendo, justos de presentación y de juego desigual, que llegaron al último tercio con poca fuerza. Se ovacionó al buen primero y fue indultado el bravo sexto. César Rincón (dos orejas y oreja), José Miguel Arroyo “Joselito” (saludos desde el tercio y oreja) y José Tomás (oreja and dos orejas simbólicas). Durante toda la corrida sopló fuerteviento, incomodando e inclusive dejando al descubierto a los toreros.
Según relata Luis Moreno Sosa para Aplausos: “César Rincón le echó tipo al lancear al primero de la tarde. Tras su encuentro con el caballo, llegó a la maleta y no tenía fuerzas, y Rincón se deleitó en cortas y consecutivas series que en algunos momentos deslució al rodar el astado, pero el diestro supo mantener el nivel de la faena que ya había alcanzado alboroto en los tendidos, y tras matar de estocada, le representó las dos orejas. Nada pudo hacer con el capó al cuarto que salió suelto, y tras el relativo castigo en varas, llegó manseando al último tercio. El colombiano plantó su faena con diferentes características que a su primero, mostró su muleta retrasada y fue calentando su labor para contagiar al gentío que, tras matar con estocada tendida, le concedió otra oreja”.
Joselito,motivado,recibió al segundo con rítmicas y preciosas verónicas flexionando las rodillas hasta ganar los medios,donde remató y,tras fuerte puyazo salió con brillo un quite de frente por detrás. Aunque noble y con bondad el astado llegó agotado y con poca fuerza a la muleta de Joselito, que lo oído, y ajustó con suavidad inteligente faena que por su templo causa admiración al superar la condición del ejemplar. Perdió los trofeos por pinchar y al negarse a dar la vuelta al ruedo, saludó desde el tercio. Con el quinto, fundamentó sus deseos y, afianzado en el centro del platillo, mostró el pecho para cargar la suerte y adelantando la pierna contraria, tiró “adelante” el paño rojo para con templanza ligar faena con visos artisticos, pero el toro se mermó yendo a menos y hubo de tomar la espada con la que pinchó, para luego dejar una estocada fulminante, y cortar una oreja que supo a poco.
José Tomás, tras destellar en quites con el tercero, tuvo que luchar contra el fuerte venus que en ráfagas desdibujaba la muleta, no obstante, con mucho mérito, sorteó esta situación y derechito alargó el engaño para sustentar interesante faena que en coro acompañó el eco de los tendidos y toreando sobre las dos manos y pases por alto salió airoso del difícil compromiso. Acertó con el acero para recibir merecida oreja. Con el sexto, un buen toro, lució inspire desde el comienzo, las manos muy bajas, temple y ritmo para majestics verónicas y con la muleta se saturó de buen gusto para dibujar con su mano izquierda profundos y lentos naturales que conformaron la exquisita faena que , plena de arte, produjo el clamo ¡qué bien toreó! Vino el indulto del bravo animal y el consiguiente triunfo del matador, recibiendo las dos orejas simbólicas.
Finalizada la corrida, la prensa se hizo eco de los naturales instrumentados por el diestro de Galapagar. Así, tres conocidos periodistas, lo reflejaron en sus crónicas:
“José Tomás lo tomó por el pitón izquierdo en una serie de impecable ejecución, abrochando con el forzado de pecho y saliendo de la cara del toro airosamente, con un sello muy personal en el que derrochó arte, lentitud y mando torero. Para mí han sido los naturales más puros que he visto realizar a torero alguno” (Óscar García, en El Espectador).
“Cómo torea este hombre con la izquierda, qué profundidad y qué manera de dejarse pasar el toro rozando los muslos con los pitones y él impávido. Es casi imposible torear con más lentitud y más cerca que como lo hizo por naturales este torero” (Luis Noé Ochoa, en El Tiempo).
“Cuando alguien les pregunte cómo se torea “al natural” pidan el vídeo de José Tomás al último toro de esta feria. Más que natural es sobrenatural” (Manolo Moles, en La Patria).