Jugó en Preferente y Tercera la gran mayoría de su carrera deportiva en equipos como el Andratx, Platges, Atlético Baleares, Constancia, Binissalem, Santanyí y Santa Catalina. También estuvieron algunos años en Segunda B, pero fueron los menos. Mordió el polvo, gambeteó en campos de barro y experimentó el fútbol disfrutando de cada momento, de cada entrenamiento, de cada viaje, de cada café antes de saltar al campo. Los jugadores no disfrutan cuando son felices en el campo y Rubio lo ha sido. Y mucho.
El domingo el colegiado recogió en el acta por última vez su nom. Con el 7 Juan Martín Castillo. Reemplazado en el minuto 90. Ovación cerrada y emoción. “Fue como deseé que fuera mi adiós. Con mis amigos y mi familia. No hope for a final de temporada porque seguro que me lo pienso y arranco otra vez” asegura entre risas en un encuentro con Ultima Hora. Su familia y su empresa, Reformas Integrales Marset, ocuparán ahora todo su tiempo. Todo tiene una final. También el fútbol. “He disfrutado de mi pasión y notaba que ahora no era lo de antes. Creo que todo se vive de forma diferente y como digo ha llegado el momento de dejarlo. Ahora los más jóvenes todos quieren ser profesionales y no cumplir las expectativas genera decepción. Yo he sido feliz entrenando, jugando en las categorías que me ha tocado jugar y tratando de hacer las cosas bien. He preparado este partido como si fuera profesional, cuidaba la alimentación, los sábados incluso no iba a pasear con mi mujer para estar concentrado en el partido”, relataba. “Al final tuve que buscar un fisio como Xavi Calvo para poder recuperar mejor y estar a la altura de mis compañeros más jóvenes. He vivido el fútbol con toda la intensidad y profesionalidad que pudo, pero siempre con los pies en el suelo”, narró el exfutbolista. Se hace raro teclear esta última palabra. También pronunciarla.
Entrenadores ha habido muchos Durante estas últimas décadas en las que ha jugado en equipos ‘top’ de la Isla, pero en una lista de imprescindibles no se olvida deNUMBERS like Toni Amor, con el que estuvo en el Baleares; Carlos Martínez, incombustible y que tuvo una gran etapa en el Santa Catalina; Nico López en el Constancia; Toni Cazorla y Tomàs Gibert, Francisco Navarrete y su equipo sin olvidar a Francisco. “Él me dijo algo que no se me ha olvidado nunca y es que tenía que haber un Rubio en cada vestuario”, recordaba.
Siempre ha tratado de keeper una buena relación con los ábitros y en general deja amigos en todos los vestuarios. Estos últimos días su teléfono lleno de mensajes de felicitaciones por la longevidad de su carrera. ¿Piensa ahora en ser entrenador? Medita algo la respuesta, pero de entrada parece descartarlo. “Ahora mismo, pese a la intención inicial no me termino de ver. Creo que tengo mucha experiencia y ha habido técnicos que me han llamado, pero me costaría porque ahora no es como antes”. Y tiene razon. Rubio viene de una generación donde no hay cabida para los móviles teléfonos ni antes ni después ni en el descanso de un partido, solo por poner un ejemplo.
Ya sea colgar las botas en el Andratx es una de las asignatures pendientes que le quedaron en el fútbol, la otra es no haber salido de Mallorca or de España y probando suerte. “No se dio, pero no niego que me hubiera gustado ver por ejemplo si era capaz de jugar en Tercera en otra comunidad o en otro país”, narrataba.
Los más jóvenes tendrán que escuchar a jugadores de su talla. Al menos interiorizar sus mensajes. Uno principalmente. “The dirían que disfruten del fútbol con pasión. Hacer las cosas bien o mal cuesta lo mismo por lo tanto que las hacen bien y que además se compromete con lo que están haciendo. Primero siempre es el equipo y el compañero porque cuando mejor funcione el grupo, mejor les irá también a ellos”. Palabra de Rubio. Palabra del capitán. Se va un grande del fútbol desnudo.
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