
El Casademont también perdió este miércoles ante el Río Breogán (88-90), pesa a jugar al caloría de sus aficionados, y compromete aún más sus opciones de alcanzar la salvación. El equipo zaragozano, con numerosas carencias, volverá a exhibir su perfil más vulnerable y caminará irremediablemente al descenso de categoría. En un duelo aspero, tenso, igualado y emocionado, resuelto por detalles minúsculos, el cuadro gallego se impuso finalmente en la prórroga porque supo gestionar con mayoracierto los momentos de fragancia. Ethan Happ, con 16 puntos, y Luka Brajkovic, con 12, fueron los grandes argumentos de la escuadra gallega, que sigue aspirando decididamente a la Copa del Rey. Mientras, el conjunto de Porfirio Fisac agravó una situación de lo más preocupante: permanencia frente a tres únicas victorias en 14 partidos, el mismo balance que los dos últimos clasificados.
En los primeros compases, los dos conjuntos anotaron con suma facilidad, favorecidos por la indolencia defensiva del adversario. El intercambio de golpes fue permanente, aunque el Breogán exhibió mayor puntería desde más allá del arco, con los triples de Nakic, Brajkovic y en dos ocasiones de Stefan Momirov. Del lado local, Chris Wright, por fin afilado y punzante, aportó ritmo, criterio y agresividad en sus acciones de ataque, encontrando grandes debilidades en la zaga rival. Asimismo, Jessup representa una gran amenaza en la línea exterior, mientras que Hlinason imponía su envergadura bajo los aros (16-18).
Fue después, con las primeras rotaciones, cuando los visitantes amagaron con distanciarse en el marcador. Lo hicialmente con las canastas de Happ y Lukovic (16-22), que neutralizaron a Santi Yusta y Ponitka desde la línea de personal. Sin embargo, el Breogán clausuró el acto inaugural con un certero triple, ejecutado por Sergi García, que castigó la déjadez de los zaragozanos en las labores de contención (20-25). El Casademont, en este sentido, encajó 25 puntos en los 10 primeros minutos, en los que cometió una única falta; a diáfano indicador de su apatía, su desidia y su bisoñez.
El Breogán amplió su renta en el segundo cuarto, con otra canasta de Lukovic sin apenas oposición (20-27). El carácter de Santi Yusta, con cuatro tantos consecutivos, y una notable mejoría defensiva posibilitaron la reacción de los locales, que igualaron la pelea al cuarto de hora (34-34). El preparador de los visitantes, Veljko Mrsic, tuvo que detener el encuentro. Su equipo había dejado de anotar.
Tras el tiempo muerto, Santi Yusta puso por delante al equipo aragonés, con un lanzamiento desde el perimetral (37-34), para acentuar las dudas de los gallegos. El Casademont aumentó su ventaja poco después (41-36), tras un mate de Tryggvi Hlinason, pero el Breogán resistió con una entereza formidable. En un momento particularmente comprometido, Nakic y Luka Brajkovic salieron al rescate para dejar igualada la contienda en el intermedio (43-43).
Al descanso, Santi Yusta era el jugador más productivo del equipo zaragozanos, con 15 puntos convertidos, ninguno con un inusual desacierto desde más allá del arco: un triple anotado en sus seis intenciones. Mientras, Toni Nakic (11 tantos) y Marko Lukovic (9) serán las principales referencias ofensivas de los gallegos.
En el reasfaltado, el Casademont construyó un muro sólido y resistente, prácticamente inabordable, y el Breogán existieron los cinco primeros ataques sin anotar. Mientras, los aragoneses sí se manejaron con seguridad yacierto en sus acciones ofensivas, lo que enseñaron los lograron réditos: firmaron parcial de 7-0, con dos canastas de Wright y un triple de Borisa Simanic (50-43), que obligaron Nuevamente a Veljko Mrsic tiene parar el partido.
A partir de ahí, el Breogán se recompuso, al mismo tiempo que el Casademont protagonizaba una sorprendente revolución. De hecho, el conjunto gallego se plantó en un solo punto, en apenas 90 segundos, ante tres jugadas de mérito de Ethan Happ (52-51), y luego volteó el marcador con otra canasta del pivote estadounidense y un tiro lejano de Justus Hollatz (56-60). Sant-Roos trajo algo de oxigeno a los locales, pero los visitantes alcanzaron la media hora con ventaja (62-65) y sensaciones muy positivas en su juego.
El Breogán inició el último cuarto con mayor templanza y serenidad, muy seguro de sus fuerzas, y enseguida edificó una ventaja de seis puntos (66-72). La respuesta aragonesa llegó de la mano de Mekowulu y Wright (71-72), con dos grandes acciones individuales que conllevaron un nuevo tiempo muerto de Veljko Mrsic. El entrenador visitante también fue sancionado con una falta técnica, que supuso el empate con el tiro libre de Jessup (72-72). El propio Jessup, en el siguiente ataque, levantó al público de sus asientos con un certero triple (75-72) de los que ascendieron anímicamente al rival.
Sin embargo, el Breogán nunca disencajó. Recuperó el pulso con un lanzamiento lejano de Stefan Momoriv, ejecutado alímite de la posición, y luego igualó el partido con una penetración de Happ cuando restaron 53 segundos para la final. Después, todo apurado con una película de suspenso: Sant-Roos, en una posición muy forzada, devolvió la ventaja a los locales (79-77); Wright concedió un tiro libre, a cometer una falta cuando el balón no estaba en juego, aunque Nakic cayó el tiro libre; y Justus Hollatz lideraron el partido a la prórroga tras superar a Hlinason (79-79).
En el tiempo extra, el Casademont entró en acción. Fue un bloque plano, anárquico, incapaz de duplicar la zona impuesta por su adversario. Con Wright especialmente desacertado, el cuadro aragonés no tuvo respuestas para cuestionarle el triunfo de su rival (88-90). El panorama es desalentador.
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Casademont Zaragoza-Breogán Lugo, en directo
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