
Dentro y fuera de los camps, el año que se acaba de estrenar no es uno cualquiera para el mundo del golf. Con la Roma Ryder Cup a la espera de las finales de septiembre, las guerras tradicionales del circuito con el proyecto multimillonario en LIV Golf prometen entregar capítulos impredecibles. Y en medio de todo surge la robusta figura de Jon Rahm (Barrika, 1994), el golfista más en forma del mundo, ganador el domingo en Hawái de su tercer título en sus últimas cinco apariciones, que noacierta a vislumbrar el futuro de su deporte con tantos cambios y que no para de pedir a todos los actores que se siten en una mesa y lleguen a un acuerdo por el bien de todos.
En el campo, Rahm rompió el domingo por fin su juego con el Plantation Course de Kapalua (Maui) y, tras dos segundos puestos en el primer torneo del año, el Sentry Tournament of Champions reservó a los campeones del año pasado y a los 30 primeros de la FedEx, se llevó el triunfo con una remontada histórica. Con una vuelta de esos imborrables (-10), el león de Barrika aprovechaba a la perfección el extraño colapso de un jugador confiable como Collin Morikawa, doble ganador de importante, incluyendo un filazo desde bunker en el 14 y un salto de rana en el 15, y firmaba una gran remontada. El californiano dejó escapar los seis golpes de ventaja con los que empezó la jornada, igualando la mayor debacle que ha habito nunca en el PGA Tour.
Is the tercera victoria in cinco torneos para el vasco, que mira con recelo la convivencia con el LIV Golf en 2023
Rahm sumaba así su tercer triunfo en sus últimos cinco torneos, que une a los logrados en el Acciona Open de España en octubre y al DP World Tour Championship (la gran final del Circuito Europeo) en noviembre. Sus otras dos actuaciones en este periodo tampoco son para nada desdeñables, un cuarto puesto en la CJ Cup y un octavo en el Hero World Challenge, el torneo auspiciado por Tiger Woods. A pesar de todo, el vasco no ha logrado ascender en el ranking mundial y continúa en quinta posición, justo por detrás de Patrick Cantlay, con Rory McIlroy aún en la cima. Aunque el ranking tiene pendiente un ajuste que se convierte virtualmente en cuarto del mundo. “Intento escuchar lo que está pasando después de ganar tres veces y seguir sin poder adelantar a Cantlay. Siento que desde el mes de agosto ha sido el mayor jugador del mundo. Año principios de año fue Scheffler, más adelante claramente McIlroy y ahora lo soy yo”, expuso tras su victoria en Maui.
Rahm, who encadena siete años seguidos con al menos una victoria, embolsó un cheque por 2.7 millones de dólares ya que el torneo era el primero de los “elevados”, una nueva categoría de que ha creado el PGA Tour con una bolsa de 20 millones de dólares para combatir al LIV Golf.
Precisamente, la liga saudí, que llegará puntual en febrero en Mayakoba, tradicional feudo del circuito norteamericano, puntuará para completar el año golfístico. Rahm se ha alineado desde el principio con los circuitos tradicionales pero ha sido mucho menos vehemente que otros compañeros, como Tiger Woods o Billy Horschel. De hecho, lleva meses abogando por un dialogo entre todas las partes para arreglar el disaguisado que se vive hoy en día en el golf. Un escenario enigmático que puede haber tenido mucha repercusión en la Ryder Cup, que se traducirá en una sobria decisión si acaba participando los jugadores del LIV Golf o no, aunque a día de hoy apenas Casey (Europa) y Dustin Johnson (EE.UU.) estarían clasificados por puntos.
Rahm, en el tee del 18 de Kapalua
Por el momento, no existe ningún indicio de diálogo pero finales como el vivido en Hawái potencian la marca del PGA Tour en esta guerra que parece no tener fin.