
Mario Capelete marcará 22-23 en Galicia. /
Mario Capelete, futbolista
El irundara jugará en calidad de cedido en el equipo gallego hasta final de temporada en busca de los minutos que no iba a tener en el Real Unión
Los jugadores van y vienen pero no todas las salidas –en este caso es un hasta luego– tienen la misma trascendencia. Es el caso de Mario Capelete. Irundarra y canterano del Real Unión, de los que no abundan, inició ayer una nueva etapa en el Ourense CF de 2ª RFEF en calidad de cedido. El club le comunicó a finales de 2022 que no iba a tener minutos en la segunda vuelta y el extremo ha hecho las maletas con el objetivo de pisar el verde un fin de semana sí y otro también. “Estoy muy ilusionado y con muchas ganas de disfrutar de lo que verdaderamente me gusta”, confesó ayer. Hoy entrenará por primera vez con sus nuevos compañeros a casi 700 kilómetros de casa.
–¿Cómo el comunicador que no entró en los planos del entrenador?
–Uno o dos días después del partido ante el Mallorca, me llamó el presidente, Igor Emery, por teléfono. Me dice que el míster ha hecho una valoración de la plantilla y que una de las conclusiones es que voy a tener pocos minutos. Movilla llamó después y su mensaje fue en la misma dirección. Transmítame que lo mejor para mí puede ser salir antes de quedarme aquí y no jugar.
–¿Cómo se lo toma?
–Fue un chasco, son dieciséis años aquí, ocho en el primer equipo, y mi prioridad siempre ha sido estar en el Real Unión. Nunca he valorado salir ni estar en otro sitio que no fuera este. He tenido opciones y nunca las he contemplado. Esa había sido siempre mi postura pero ahora no tengo otra opción. Tengo que mirar también por mi futuro e intentar disfrutar del fútbol. Jugar y estar en un sitio en el que pueda ser protagonista y sensme valorado.
–¿Se había plantado salir con anterioridad viendo lo poco que estaba participando?
–En ningún momento. A lo largo de estos años he tenido situaciones de todo tipo, en las que he contado para el entrenador mucho, poco o de manera intermedia. En ocasiones se le puede dar la vuelta con trabajo pero en este el míster no ha dado pie a eso. No es que Mario quiera irse porque no juega. Mi situación no iba a cambiar por entrenar bien.
–En verano terminó renovando pero tuvo ofertas para cambiar de aire, ¿no?
–Hay temporadas que no tienes opciones pero es verdad que el verano pasado tuve alguna oportunidad que económicamente era bastante interesante. Decidí quedarme aquí porque confiaba en lo que había. Esto da muchas vueltas y ahora, varios meses después, me estoy encontrando con que tengo que salir.
–¿Cómo utilizamos la marcha de Aitor Zulaika? Tampoco estaba mucho jugando.
–He tenido situaciones de todo tipo con él, en algunas he jugado y en otras no. Viví momentos muy buenos en la primera temporada, en la que aprendí mucho. Siempre digo que crecí con él. Me ha escrito para desearme buena suerte.
–Una vez que tiene claro que su futuro está lejos de Irún, ¿le ha costado decidir a dónde ir?
–Ha tenido alternativas de Primera, Segunda y Tercera RFEF. Dudó porque no sabía si cambiar de aires por completo o elegir una opción más cercana para no alterar demasiado mi día a día.
–¿Y que le ha hecho decantarse por el Ourense?
–El entrenador me ha insistido mucho y hemos hablado bastante. Quiero disfrutar y sentirme valorado en un sitio, y solo con el interés que han mostrado ya me siento así. Luego, obviamente, voy a tener que trabajar muy duro, hacer las cosas muy bien y demostrar muchas cosas.
–¿Qué le dice a la afición que tanto le ha respaldado todos estos años?
– Siempre me ha sentido muy valorado y querido por toda la gente de Irun. No puedo estar más que agradecido por cómo han sido conmigo desde el primer minuto. Incluso el otro día en Lezama, que yo no estuve, me han dicho que corearon mi número. Es un orgullo y estoy muy agradecido. Solo puedo dar las gracias.
–¿Qué tal está llevando las despedidas de las últimas horas?
–Hay que tomarlo como un trabajo y no tiene más. Llevo muchos años en mi zona de confort y ahora me ha tocado sucio. Algún directivo en su día ya me lo planteó, diciendo que me servía para crecer, ya ahora me ha llegado sin yo quererlo. Nunca es fácil despedirse de amigos pero estoy muy motivado, con ganas de jugar, entrenar y entrar en una dinámica diferente.
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