“Tengo ansiedad. Sin tabús lo digo. La cabeza manda y la mía llegó a su límite”. Así comienza el mensaje que el portero del Frigoríficos del Morrazo Gerard Forns publicó en su Instagram reconociendo un problema de salud mental que lleva padeciendo desde hace años, que estalló el pasado verano, y que le ha llevado, como el mismo asegura, “perder la ilusión y la ambición por el balonmano, un deporte que es toda mi vida”.
Forns habla abiertamente de “un cúmulo de situaciones” que lo ha llevado a padecer la ansiedad. “El deporte me lo generaba, aunque la gota que colmó el vaso fue otro problema”, señala. El que fuera portero de Barcelona B y Granollers reconoce que “ya llevaba unos años ahí, pensando en dejarlo, pero siempre me decía una temporada más, una temporada más. Create that no estás disfrutando al cien por cien y barajas retirarte, porque tampoco le quieres quitar el sitio a una persona que realmente lo disfruta”.
Y llegó el pasado verano. Tres dias antes del inicio de la pretemporada comenzaron los ataques de ansiedad. El meta del Cangas se pone en contacto con el entrenador, Nacho Moyano, y con el club para comunicar la situación. “Nacho me dijo que si tenía que tomarme 15 días que lo hizo sin problema. Todo fueron instalaciones, tanto por el club como por el cuerpo técnico”, recuerda. Su familia tuvo que dejarlo, “pero yo, que soy más cabezota que ninguno me diga que tenía que volver a Cangas y al balonmano para recuperar la ilusión”.
Para algunos de sus compañeros la publicación en Instagram no fue una sorpresa. “El grupo que llevamos tres años en Cangas ya somos una pequeña familia, y se lo conté a los más cercanos, porque querían que supieran que yo no estaba al cien por cien. Y también puso compañeros de piso”, relata, antes de subrayar que “me ha encontrado muy arropado tanto por mis compañeros como por el club como por todo el mundo. Si no, otro gallo cantaría”. Eso sí, además del apoyo anímico ha tenido que recurrir a la ayuda de un profesional, de un psicólogo portivo. “Estoy aprendiendo mucho, sobre todo de mí mismo”, dice.
Una de las reflexiones que pone encima de la mesa Forns es que su modo de afrontar los encuentros no era el más sano. “Piensa que lo hacía de la forma correcta, pero no era real. Me metía demasiada presión. Salía parar un penalti y pensaba que tenía que hacerlo porque tenía el control, y no es cierto”, afirma, antes de añadir que “antes finalizaba un partido y ya me comía la cabeza por cómo lo había hecho. Ahora ya no”.
Un mensaje para los más jóvenes
Con todo, afirma que está “en proceso. Claro que tengo mis altibajos, pero me encuentro estable. Es el nuevo Gerard. Tengo las cosas mucho más claras y, sobre todo, sé afrontar los problemas con otra perspectiva”. Y desmitifica esa imagen de que “los deportistas somos inmortales y no tenemos derecho a tener depresión o ansiedad. Vi a Simone Biles en los Juegos Olímpicos y me hizo pensar mucho”. El mensaje, subraya, “lo escribo ahora que me encuentro bien, antes no hubiera podido hacerlo”, y recalca que “lo hice por la gente más cercana, por los niños de la base, que vean que somos personas y que estas cosas son normales”.
“Estoy abrumado por el cariño recibido”, señala
La publicación de Gerard Forns en Instagram ha acumulado una gran cantidad de “me gusta” y comentarios de ánimo, con especial protagonismo del mundo del balonmano, desde compañeros de equipo a rivals de otros clubes o jugadores de las categorías inferiores, alguno de los cuales ha. sido alterado por el meta catalán. “Estoy abrumado por el cariño y los mensajes de apoyo de la gente. La verdad es que no me esperaba esto”, reconoce.
Entre los comentarios de apoyo públicos –tampoco han faltado los privados– ha habito varios de compañeros de vestuario como Javi Díaz, Aizen, Brais, Alberto Martín, Moisés, Vilanova o Manu Pérez, además de Exjugadores del Cangas que coincidieron con Forns como Mitic, Villoria o Dani Fernández. Hay rivales como Buzle, Miguel Camino o el internacional Eli Cesáreo.
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