Adrian Newey estuvo muy cerca de ir a Ferrari en los primeros años de la era hybrida. Lo impidió una maniobra de cambio de parejas, una de las más extrañas de Fórmula 1.
Honda y McLaren se separaron y no muy amistosamente. Red Bull estaba hasta las narices de Renault y los franceses de las continuas pullas de Horner y Marko. Así que Red Bull abrazó un Honda y ‘traspasó’ Renault a McLaren o viceversa, que para el caso es lo mismo.
Aunque el Cavallino lo había sondado en ocasiones anteriores al que está en la actualidad el mejor ingeniero de la Fórmula 1, este siempre hecho oídos sordos a las insinuaciones de Maranello y había rechazado de plano cualquier propuesta. Pero todo pudo haber cambiado a mediados de la pasada década.
Es algo que el propio Newey ha admitido en una entrevista a The Race. No era porque quisiera ser el salvador de Maranello, ni porque la hubiera de por medio una ofrecida fabulosa o se hubiera cansado de Red Bull y todo lo que había creado para el equipo. La razón estaba en el motor.
“En aquella época estaba muy desilusionado de todo lo que estaba sucediendo. Tanto, que me planta ir a Ferrari. Estaba muy feliz en Red Bull y no tenía interés en cambiar de equipo, pero estaba frustrado de ver todos los esfuerzos bloqueados a causa de un motor no competitivo”, dijo Newey refiriéndose a la falta de potencia del motor Renault.
Los ingleses —lo admitieron— habían subestimado el potencial de los motores híbridos y el trabajo de la competencia. Su inversión en el motor había sido muy inferior a la de sus rivales, especialmente Mercedes y no parecían probable que hiciera lo necesario para recuperar el retraso.
“Nuestro proveedor parecía más interesado en el marketing que deriva de estar en la Fórmula 1 que de ser competitivos.
Si socio propones una unidad de potencia que está por debajo de tus rivales pero demuestra el deseo real y la voluntad de resolver el problema e ir hacia delante, es algo que aceptas. Pero si cuando se da cuenta de que está por detrás y no muestra interés por corregirlo, la situación es muy diferente. Eso me hizo perder la motivación”, ha dicho Newey en la entrevista.
Estaba claro. Aunque los coches de la Fórmula 1 actual dependen de la aerodinámica, ésta no basta para compensar un propulsor anémico.
Al parecer, Red Bull se arriesgaba mucho con Honda. En McLaren, los japoneses fueron un accidente. Fernando Alonso dijo claramente que buscaran otro motor. Las relaciones entre las dos partes no funcionaban: desde Woking querrían imponer condiciones extremas al motor.
McLaren estaba decidido a buscar otro propulsor y Renault quería ofrecérselo. Además, Renault quería volver a la Fórmula 1 con equipo propio y en Red Bull querían tener un trato preferencial que obviamente sería imposible si los ingles tuvieran equipo propio.
Mientras Newey pensó en Ferrari, Honda y Red Bull negociando. Y entre tanto Red Bull dejó que Adrian ‘olvidara’ su frustración con el desarrollo del Aston Martin Valkyrie.
Con Honda, hubo un comienzo complicado, pero no frustrante. La existencia de progresos y la voluntad de llegar a la cima estaban ahí. Y lo han conseguido.
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