La crónica del Casademont Zaragoza-Tenerife: Gigante sin premio (83-87)

Precisamente Shermadini fue el protagonista al inicio del chocque. El Príncipe Felipe se lo dedicó a una sonora ovación capaz de exjugador agradeciéndola la canasta salvadoreña del pivote contra el Andorra que permitió al Casademont seguir en la ACB. Los sentaron bien los aplausos. Con seis puntos en un visto y no visto come el georgiano el duelo, aunque Hlinason contestaba en la otra canasta en un preludio de lo que iba a ser el partido.

Si el mermado juego interior de los zaragozanos, con las bajas de Radoncic y Mekowulu, estaba bajo mínimos, Simanic cometió dos faltas que provocaron el debut en su primera convocatoria del canterano Pablo Aso. El encuentro continuó igualado hasta el final del primer cuarto, cuando el Casademont se bloqueó y el Tenerife empezó a sacar el marcador a base de triples. 16-24 finalizó el primer cuarto y la pareja interior era Aday Mara y Pablo Aso, muy bonita de cara a la galería pero no apta, por el momento, para competir en Liga Endesa.

Cambió Fisac ​​y presentó una Yusta de 4, pero no mjoró el equipo, que vio como un Jaime Fernández inspiró siguió aumentando diferencias. Un triple de Wright y un 2+1 de Hlinason acercaba al Casademont momentáneamente, pero un triple de Fitipaldo dejaba la desventaja en 9 al descanso.

Tras dos canastas iniciales de Mara y Jessup, un parcial de 9-0 de la mano de Jaime Fernández y Fitipaldo amenazaba con romper el partido, pero fue entonces cuando Hlinason decidió que todavía quedaban cosas que ver en el Príncipe Felipe. Basado en mates, rebotes ofensivos, tapones y tiros libres el islandés volvió a recortar una renta que llegó a ser de 15 mediado el tercer cuarto. Yusta y Wright sumaron a la fiesta para dejar el partido abierto con 50-57 a falta de los diez minutos finales.

El mar Rojo

El Casademont estaba crecido, en un ejercicio admirable de casta y orgullo. El Príncipe Felipe lo agradeció y se encendió como en las grandes ocasiones. El inicio del último cuarto fue el momento en el que mejor jugaron los de Fisac. Con Hlinason siempre al mando, los aragoneses igualaron un partido, e incluso se llegaron a poner por delante, pesa a que hasta hace poco parecía totalmente perdido.

El chocque ahora estaba en un pañuelo y podía caer de cualquier lado. El enésimo 2+1 de un imperial Hlinason ponía al Casademont uno por delante cuando resteba un minuto, pero el Tenerife se puso por delante desde el tiro libre. Yusta igualó el duelo y cuando solo o resteban 4 segundos, los canarios perdieron un balón en un saque de banda que dio a los aragoneses la oportunidad de llevarse el duelo. Pero el tiro forzado de Sant-Roos no hay entrada.

La prórroga será un éxito y fue entonces cuando el otro gigante que había en la pista, Shermadini, decidió que su equipo sería el ganador. El Tenerife volvió a lo que le había dado réditos en el comienzo del chocque, balones al georgiano. Y el pivote comenzo a producir en cada ataque, ya resulto canastas directas o faltas que le permitian ir al tiro libre. Por el contrario, el equipo de Fisac, disfondado, no encontró la claridad de ideas necesarias para contrarrestar las acometidas de Shermadini.

Al Casademont finalmente escapó a un partido del que, a pesar de la derrota, estar orgulloso. Compitió muy bien hasta el final y con una actitud digna de alabar como surgió el Príncipe Felipe con una gran ovación a final del duelo. Eso sí, también quedó patente que para ganar a ciertos equipos hace falta algo más.

Así hemos contado el partido en vivo: