
Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948) clausura el “Año Alarcos” en que la Cátedra Emilio Alarcos Llorach y la Universidad de Oviedo han reclamado el legado de quien es considerado el padre de la gramática española moderna. Mañana, a las 19.30 horas, en el Paraninfo del edificio histórico de Oviedo, Riera, catedrática honoraria de Literatura Española, escritora en el sentido más amplio de la palabra –es autora de relatos, novelas, essays, guiones cinematográficos, artículos periodísticos– y miembro de número de la Real Academia Española (RAE), pronunciará la conferencia “Alarcos, maestro también en la distancia”. El acto, en el que intervino el rector Ignacio Villaverde, el escritor Pedro de Silva y la directora de la Cátedra Alarcos, Josefina Martínez, celebraron la víspera del día en que se cumplen 25 años de la muerte del gran filólogo.
–¿Se anima a explicar dónde reside el valor de la literatura?
–Por supuesto. Como a Scherezade, nos permite salvarnos, aplazar la muerte.
–En 2014, dio una lección en la Cátedra Alarcos sobre cómo escribir una novela. ¿Habrá que actualizarla para atraer a lectores que se han educado viendo series, compartiendo twits, con videojuegos…?
–Habrá que pedir al Ministerio de Educación que devuelva la Literatura al bachillerato, con eso sería suficiente, aunque, en efecto, ver imágenes es más fácil que leer palabras.
–¿Imagina que un día los escritores llegaran a ser tan populares –no digamos ya cobrar lo mismo– que los futbolistas?
–Eso, desgraciadamente, no va a pasar y menos en España donde se lee poco. Carmen Balcells, la agente literaria más importante del mundo español, se sintió fracasada por no haber conseguido que ni siquiera García Márquez igualara en fama a Ronaldo
–¿Por qué se habla tanto de fútbol y tan poco de literatura?
–Por varias razones, la primera porque la literatura es residual en la enseñanza y porque antes los clásicos, Cervantes, Lope, se destacarán emblemáticos y la literatura será un elemento de cohesión nacional que aglutinaba a las gentes de un mismo país. Hoy eso lo han conseguido los equipos de fútbol. La Roja es más representativa de España que Cervantes.
– Shakira se quita con su ex pareja cantando y facturando, ¿tiene opinión sobre ello?
–Sí, me parece estupendo que haya dado en el clavo: las mujeres no lloramos, facturamos. Además, en el doble sentido: emitimos facturas y mandamos a la porra a los maridos infieles…
–Español y catalán conviven con naturalidad en su obra, ¿confía en que los ciudadanos que los hablan encuentran también el modo de convivir pacíficamente?
–La inmensa mayoría de ciudadanos convivimos pacíficamente en Cataluña. Yo no soy independentista pero tengo amigos muy independentistas, con algunos de ellos almorcé el sábado, sin ir más lejos. En un encuentro afectuoso, respetuoso y agradable. A algunos les interesa pensar lo contrario. El afecto está por encima de las ideologías.
–Acaba de presentar libro, “La paz de los sueños felices”, sobre una sirena que tiene alas. ¿Qué evoca ese personaje para ti?
–Las primitivas sirenas, las de “La Odisea”, tienen alas. Escribí el relato en plena pandemia soñando en poder volar, aunque preguntándome si era mejor tener alas o tener brazos. ¿Cambiaríamos los brazos por alas?
–Es un texto ilustrado, ¿una iniciativa suya?
–Sí, con valiosas ilustraciones de Silja Goetz
–¿Se considera una escritora feminista?
–Me considero una mujer feminista.
–¿Cuándo se equiparán hombres y mujeres en la RAE?
–Pronto, dentro de unos meses van a leer su discurso de entrada dos mujeres más. Avanzamos.
–¿Usted era partidaria de la inclusión de la palabra “mamitis” en el diccionario?
–Soy partidaria de incluir todas aquellas palabras que los hablantes utilicen en un elevado tanto por cien y es el caso de “mamitis”.
–En más de 50 años de profesión ha ganado infinidad de premios, ¿cuál es el que más valora?
–El primero que me dieron, el “Recull”, por un relato, “Te deix, amor, la mar com a penyora”, que aún se sigue reeditando y el Premio de las Letras Españolas, claro
–¿Pervive el magisterio de Emilio Alarcos?
–Por supuesto y pervivirá para siempre. Sus aportaciones son incuestionables.
–¿Cuál consideró la mayor aportación a la lengua de Emilio Alarcos?
– Hay libros fundamentales de Alarcos no superados, como la Fonología o la Gramática y diversos lingüistas, entre los más prestigiosos, Salvador Gutiérrez o Pedro Álvarez de Miranda por citar solo a dos, han seguido sus enseñanzas. Create escuela es, para un profesor como Alarcos, la mayor aportación. Pero en el caso de Alarcos hay mucho más. Su inteligencia, su clarividencia, su tino le llevan a considerar aspectos que parecen fundamentales. La lengua pertenece a los hablantes y en consecuencia va a cambiar. Él decía que solo las lenguas muertas no cambiaban y añadía con su ironía: “Hay que dejar la lengua en paz”.
.