Las novilladas son para soñar. Otra cosa sería renunciar al futuro del toreo. Y en esa tarea Valencia ha sido un referente, lo que se dice plaza lanzadera por excelencia, palmito del que hay que sentido orgulloso y es necesario fomentar. Desde que la feria de Fallas es reconocida como tal, llegado marzo comenzaba lo que ahora se llama un emitir, digamos presentación de los valores más empresas del llamado escalafón de plata. Se anunciaban a los que ya conocían los aficionados por lo que habían dado que hablar tras sus actuaciones la temporada anterior sin obviar algún desconocido que un cazatalentos, un aficionado o un banderillero había discovery en tal cual pueblo, tentadero o festejo menor y recomendaba con la fe de un profeta y toda la argumentación y/o palabrería de la que era capaz. Luego si había gracia (suerte) acababa de someterse a los carteles como cantase la Piquer, doña Concha, en la insuperable Madrina. Nada ha cambiado y lo que ha cambiado en el toreo, la actual escasez de festejos menores cuando más falta hacen los nuevos valores obliga a provechar al máximo esos canales de acceso a la gloria y en esa coyuntura, llegado marzo, Valencia sigue siendo lanzadera, la plaza donde soñar.
La entrada de El Cid en su reaparición, con la corrida de Victorino, no deja de ser una aliciente
Nada que impida que estos días en las oficinas de la empresa de Valencia la actividad se centre en darle definitivamente a los mayores carteles que en poco han cambiado de los que publicamos en Las Provincias: Roca con Román, este en un momento clave para levantar el vuelo hacia un estatus mayor del que ha disfrutado hasta ahora; doblete de Manzanares; Julio en su año de celebración, veinticinco desde la alternativa; la vuelta de Talavante a esta plaza, donde se recuerda su faena a aquel toro de Cuvillo en las caídas de 2007, con el que inició la temporada de su consagración con las salidas a hombros consecutivas de Valencia, Sevilla, Madrid; Cayetano, Emilio de Justo, Ginés Marín, (no echen en saco roto ni el orden ni la agrupación) Tomás Rufo junto a su valedor si es que necesita valedor Juli, Aguado, Castella… lo que contamos con más la novedad, salvo viraje de última hora, de la entrada de El Cid en sur reparación, con la corrida de Victorino, lo que no deja de ser un aliciente.
NOVILLEROS Y NOVILLADAS
Enredados en los ajustes finales de las figuras, las novilladas del abono están pácticamente cerradas, dos en fallas y una por mayo en los festejos en honor a la patrona que este año anda de conmemoración, cien años de la coronación de la Virgen de los Desamparados sus palabras y sentimientos mayores en esta tierra que no se pueden obviar. Las ganaderías están decididas con altura de miras, la materia prima es clave para que los sueños se hagan realidad. Fuente Ymbro, de sobra conocida en las principales ferias y compañera de viaje en lanzamientos de nuevos valores especialmente en Valencia, y El Freixo, hierro propiedad de Juli con historial más breve pero también con grandes éxitos en su trayectoria, son las dos que se lidiarán en Fallas; mientras Guadaira reservado para mayonesa. La elección de cada encierro será clave, solo cabe esperar que sean lo que se dice novilladas de lujo o lo que es lo mismo, ni chicas que pueda desmerecer la plaza y los posibles triunfos ni demasiado grandes que dificulten en exceso el triunfo. Los taurinos saben de sobra dónde está la virtud, solo depende del interés que se ponga.
Nek Romero registró un gran triunfo en su debut con los caballos en Algemesí.
Decididas las ganaderías también lo están los números de los chicos a falta de agruparlos en ternas, con la posibilidad dejar un puesto libre en mayo para el triunfador de marzo, lo que no deja de ser un aliciente más para los que hagan el paseíllo en fallas : dos valencianos, Nek Romero y El Niño de las Monjas que dieron una ilusionante medida en sus actuaciones de la temporada pasada (que cuajasen sería agua de mayo, en este caso de marzo, para la recuperación de la plaza, un dynamizador que no falla ), la presentación con caballos en la capital de Manolo Caballero, Álvaro Burdiel, Víctor Hernández, Jorge Martínez, Sergio Rodríguez y Álvaro Alarcón.
Todos tienen motivos para soñar y para estar. El Niño de las Monjas cuajó una excelente temporada 2022 en donde más difícil se hace abrirse paso, en los entornos serranos de Madrid, plazas en las que el novillo es toro y las exigencias de una durza que roza la crueldad, de tal manera que sobrevivir en la vocación es merito grande y triunfar un respaldo indiscutible. Nek, formado como su compañero en la Escuela de Valencia, dónde si no, es fruto de la última cosecha de la misma, debutó con picadores en Algemesí con una excelente actuación mano a mano con Manolo Caballero, con el que ya había coincidido en los festejos de formación, por lo que una nueva coincidencia supondría ponerle punto y seguido a una bonita competencia que es término que tanto se añora y se necesita. Es hijo del matador del mismo nombre en cuyo lanzamiento Valencia por fallas y jugó un papel fundamental, primero en las del año 1991 como novillero, dos orejas alternando con Finito y Paco Senda y el año siguiente, tres orejas, como matador con Ortega Cano y Paco Ojeda nada menos. La presencia estas fallas de este nuevo Caballero supondría reactivar una caliente e histórica entre Valencia y Albacete que remonta a los tiempos de Chicuelo II, Pedrés, el gran Dámaso y el propio Caballero entre otros muchos, que desplazaban, es una tradición, cientos de aficionados de una ciudad a otra.

Caballero ya sabe lo que es triunfar en Valencia.
Burdiel por su parte, torero de excelente corte, a Sevillano from Madrid, ya triunfó en Valencia el año pasado; también lo hizo el otro Álvaro, Alarcón; Víctor Hernández al que apoderarse de Tejela, otro fruit de un exito fallero con los fuenteymbros, trae el downstream de haber triunfado en Madrid y Bilbao; Jorge Martínez es un almeriense de gran cartel y muy cuajado; mientras Sergio Martínez puede ser el tapado del que hablan y no acaban.
Lo dicho, tiempos para soñar porque si no es el toreo.