
Una vez siendo niños se inventó unos Juegos Olímpicos, era 1956 y se disputaron los de Melbourne. Decidió que utilizar que saltar, correr, hockey… de todo”. Los recuerdos de los vecinos de infancia de Joan Manuel Serrat en el Poble-sec no engañan: su gran pasión fue antes el deporte que la música. Con el tiempo se concretó en dos aficiones: el fútbol y el ciclismo. El Barça y el Tour.
Serrat interpretó el cant del barca en el acto inaugural del Centenario del club blaugrana, desde el centro de la tierra ante un Camp Nou enfervorizado. Era el 28 de noviembre de 1998. Su significado barcelonisme no sólo se ha reflejado en letras de canciones, como la dedicada a su ídolo Kubala ou la que rememora la delantera de las Cinc Copes, licencia métrica incluida. Serrat, con mayor o menor intensidad, ha acompañado su vida y su carrera profesional con las peripecias del Barça de los últimos 70 años. Tan pronto podría aparecer en una concentración del primer equipo en La Gavina de S’Agaró (1968) o en amplias entrevistas del tono blaugrana en la prensa deportiva. O acompañando a la agrupación de exfutbolistas del club en entrenamientos. Con un punto culminante: el 1 de noviembre de 1972 Serrat enfundó la camiseta con el 9 y alineó en un partido muy especial.
Jugó al lado de Kubala, como se explica en la canción dedicada a su ídolo de infancia
En el Camp Nou llevó a cabo ese día un homenaje a los impulsores de la campaña benéfica de Radio Nacional de España, los entonces popularísimos Dalmau (Emili Fàbregas) y Joan Viñas. Se enfrentaron a los exjugadores del Barça y del Madrid y Serrat pudo cumplir su sueño: line up al lado de Kubala en una delantera que completaban Basora, Pereda y Manchón.
Pero Serrat se había lesionado en un entrenamiento previo (en las imágenes se el vendaje de su muslo izquierdo) y ni siquiera la delicada preparación del histórico masajista Ángel Mur pudo evitar que la participación del cantante del Poble-sec se limitara a unas penas 15 minutos. Fue reemplazo por Cayetano Re. Quizá habría resistido algo más, pero en una de las primeras jugadas sufrió en sus carnes toda la dureza de un veterano madridista que no estaba para bromas ni en jornadas beneficiosas. Marquitos, el abuelo del actual barcelonista Marcos Alonso, uno de los defensas más duros del fútbol español, dejó su sello en el cuerpo del improvisado delantero centro.
“Abur, me voy al Tour”
La canción inédita que ideó Serrat durante el Tour de Francia de 1984
También han explicado sus compañeros de juegos callejeros cómo Serrat recortaba y coleccionaba las crónicas de ciclismo de su niñez. Años más tarde, de la mano del periodista Antonio Vallugera, Serrat hizo realidad otro sueño: aproximarse al ciclismo profesional. Llegó ejerció como director de carrera en alguna prueba, siguió la Setmana Catalana colaborando en Catalunya Ràdio y, en 1984, se embarcó en la aventura final: envió especial al Tour de Francia, que siguió disciplinadamente en un vehículo de prensa con el citado Vallugera y Javier de Dalmases, del Mundo Deportivo . Serrat rechazó los contratos para el mes de julio y lo dedicó a su pasión ciclista, mientras realizaba un comentario diario para Radio Peninsular y redactaba una columna en El Periodico . En su primer artículo recordaba cómo jugaba con ciclistas de plástico en su infancia “encima de una mesa de ping-pong en el patio de la señora Antonia”.
De aquella aventura serratiana queda la letra de una canción, que podría titularse Abur, nos vemos en el Tour, y duerme a la espera de musica.
“Si usted tiene libre tres semanas y el mes para echar por la ventana
si en su casa, usted ya no le interesa pues cambió la pasión por la pereza
if the consienten sus fugas prolongadas y sus ausencias ya no importan nada
es hora de que empiece a pensar en el Tour ya abur, abur, abur…
Si usted es hombre de habitos sencillos como lavar de noche calzoncillos
y le caben de una sola vez dos metros largos de ese pan ingles
deje en casa sus aires de elegancia y venga a mover el culo al Tour de Francia”.
Un mes por Francia
Vallugera, Dalmases… y Carmen
En 1984 Serrat fue incrustado en un coche de prensa con Vallugera y Dalmases y se fue al Tour. De entrada los periodistas explica que la guitarra no cabía y Serrat cedió. Pero donde se mostró menos flexible fue en la elección de la música que debía sonar en la radio del coche: una ópera. “A mí no me gusta la ópera”, intentó razonar Dalmases, y Serrat ni se inmutó: “Pues te va a gustar”. La cinta con la banda sonora de la película Carmen de Bizet, estrenada poco antes, se hizo imprescindible. “Me puso Carmen unas 150 veces Durante las 23 etapas y el prólogo”, reseñó Dalmases. ¿Y cómo acabo todo? “Al llegar a Barcelona flu me dirijo a comprarme la casete”, explicó el periodista.
Lee tambien