Ha sido protagonista del fútbol femenino burgalés, nacional e internacional. Esta burebana, aconsejada por su hermano, recaló con 14 años en el Rayo Burgalés y militó en el Nuestra Señora de Belén durante una década. El gran salto llegó en 2006 cuando fichó por el Atlético de Madrid, “aunque no me salieron bien las cosas”. Un año más tarde le sonreía la fortuna en el Rayo Vallecano, donde militó siete temporadas “mis mejores años deportivamente hablando”. Internacional con la selección española absoluta durante cuatro años desde 2008, campeona de la Copa de la Reina y de la Liga con el Rayo. Entre sus galardones, guarda con cariño el reconocimiento de su pueblo, Briviesca, y el de jugadora revelación con el equipo franjirrojo.
¿Qué hay que tener para ser convocada por la selección nacional a todas las citas durante cuatro años?
Trabajo, sacrificio y constancia. Calidad. La confianza del seleccionador. Hay que entrenar duro Durante cinco días a la semana y el día del partido. Darlo todo.
¿Cómo fue su experiencia como internacional?
A mí no me llegué a Burgos, pero no olvido mis inicios. Fue el segundo año en el Rayo.Tuvo un gran nivel y fue una experiencia increíble junto a las mejores de España. El seleccionador, Ignacio Quereda, y su ayudante, Jorge Vilda, concluyeron un partido en casa del Rayo y me dijeron que iba a entrar en la convocatoria para la Eurocopa. Fue en el momento justo y adecuado. Que confiaran en mi cuatro años, pues fue inolvidable. Además, en la mitad del inicio huyó el titular y ganamos por goleada a Bielorrusia por 6-1.
Sonia Vesga, con la camiseta de la selección de Castilla y León, en 2005. – Foto: Jorge Citores
¿Envidia el momento actual del fútbol femenino?
Yo reconozco que mi epoca no la cambio por nada. Yo he vivido lo mejor del fútbol. Ahora todo es más estricto y más táctico y antes era más físico. Ya era hora de que llegara algo de profesionalización. Las chicas jóvenes tienen calidad, antes también había, pero era más rudo. Está en pleno crecimiento.
¿Qué recuerdos guarda en su ‘joyero’?
Tengo tres camisetas: la primera del debut con la selección española, mi primera Copa de la Reina que gané con el Rayo y otra, cuando ganamos la primera Liga también con el Rayo. Otro recuerdo fue un partido de Champions contra el Arsenal. El primer partido en el Teresa Rivero hubo récord de aficionados en un partido femenino. Ganamos 2-0. Allí nos ganaron 4-1.
Un partido imparable fue con el Rayo Vallecano en Champions en el Teresa Rivero, con récord de afición, y victoria ante el Arsenal por 2-0″
Qué siente una niña que juega al fútbol cuando alrededor son todos chicos. ¿Está un poco harta de esta pregunta?
Era lo que habia entonces. Yo me sentí bien y cómoda jugando con y contra los chicos en Briviesca. Era muy ‘cani’ cuando mi hermano me llevó al primer entrenamiento con chicas en Fuentes Blancas. Ese día estuve muy nervioso, pero jugué con un equipo entero de chicas fue… ¡la leche!
Cuando era pequeña, ¿soñaba con llegar adonde llegó?
No podía soñar en absoluto con algo así.
El Nuestra Señora de Belén pierde la categoría y luego ficha por el Atlético, ¿cómo fue el cambio de Burgos a la capital y a un equipo con semejante nombre?
Fue complicado. Sobre todo por alejarme de mi familia. In Burgos no utilizó muchos medios y había solo un equipo. No ganamos muchas cosas, pero eso ayuda a madurar. En Madrid había muchos equipos, mejores estructuras y muchas más jugadoras y más potentes. Yo anímicamente no me encontré bien en el Atlético y me costó adaptarme más de la cuenta. Estuve a punto de volverme en Burgos.
¿Y apareció el Rayo?
Conocía a algunas jugadoras y me propusieron pasarme al equipo. Allí estuve siete años.
Y, le cambió la vida, e incluso la demarcación, ¿no?
Pues se podría decir así. Durante cinco años rendí al máximo. Ya desde el primer año me salieron las cosas bien, aunque me gané la titularidad. En Burgos jugué de centrocampista o media punta, pero me bajaron al lateral izquierdo y ahí me quedé.
¿El ha tocado ‘chupar’ mucho banquillo?
Alguna vez sí, aunque no sufrió muchas lesiones. A veces las deportistas somos un poco egoístas.
¿Encaja bien las goleadas?
Cuando te toca la cara buena todo está bien. Yo encajé muchas goleadas y de eso se aprende. En Madrid, también empatizaba con los equipos más débiles porque yo también estuve ahí alguna vez y no es plato de buen gusto.
La llamada de la seleccion no me llego a Burgos, pero no olvido mis inicios”
¿Quiénes son sus maestros?
En Burgos recuerdo a Amós y a Vidal Infante, que me marcaron, sobre todo, por su lado humano. Después, en Madrid con el Rayo, Pedro Martínez Losa fue con quien aprendió muchísimo técnicamente. Un exterior estándar.
¿Por qué se colgó las botas?
Tenía que volver a adaptarme a una gente nueva en Madrid. Mucho tiempo fuera de casa para alguien tan apegado a su familia. Despedirte de tu gente el fin de semana, en vacaciones… Tenía fútbol para seguir unos años más, pero a los 34 decidió parar.
¿Se ve la próxima temporada sobre el césped?
Ahora ya no estoy vinculado con el fútbol, aunque me gusta y sí me han propuesto dirigir banquillos. Pero el compromiso y no tener multas de semana me cuesta.
¿Ha transmitido su pasión a algún familiar?
Ahí estoy con mi sobrina.
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