La convulsión en el golf mundial no se détiene, aun cuando diciembre es un mes tranquilo para este deporte y los jugadores se enfocan principalmente en reanudar su actividad en enero. lo logra Varias declaraciones cruzadas entre los fieles al PGA Tour y los devotos del LIV volvieron a encender la polemica y la grieta no hace mas que expandirse entre los dos circuitos.
Unos días atrás, Tiger Woods arrestado contra Greg Norman, director de la gira financiada con fondos árabes. Dijo que el australiano dividió en dos al mundo del golf y que debe renunciar para que empiece el proceso de pacificación y cese esa suerte de guerra civil que sacude a este ámbito. El dueño de 15 majors fue tajante cuando se refirió al Gran Tiburón Blanco en una conferencia de presa en Bahamas, antes del Hero World Challenge: “Se tiene que ir”. Y agregó: “Luego de eso, obviamente, su pleito contra nosotros y nuestra contrademanda contra ellos tendrán que ser suspendidos. Y entonces podremos hablar con libertad”. Concretamente, Tiger cree que es imposible que la LIV y el PGA Tour convivan con poca presencia: “Ahora mismo, como están las cosas, no. No con su liderazgo y no con Greg ahí y su animosidad hacia el tour. No veo que eso vaya a pasar”.
El californiano es un protector a ultranza del circuito liderado por Jay Monahan, así como también Rory McIlroy, el actual N° 1 del mundo, que pesa un ser europeo mostró una defensa a capa y espada por la gira norte. El norirlandés se enseñó en la misma línea de Tiger: “Pienso que Greg se tiene que ir; necesario para ensuciar el escenario. Nadie estará dispuesto a hablar, a menos que haya un adulto en la habitación”, ironizó el último ganador de la Fedex Cup.
Las declaraciones de ambas estrellas se produjeron seguidas por el rumor acerca de que Norman iba ya con el mando del LIV Golf y que estaba a punto de ser eliminado por el ex ejecutivo de TaylorMade Mark King. Ahora, la gira árabe negó esa posibilidad y mantuvo su estructura.
Lejos de contemporizar, Norman respondió a ambos golfistas con dureza, en una charla con la revista británica Today’s Golfer, donde echo por tierra cualquier idea de abandonar su puesto jerárquico. “No presto atención a lo que dicen McIlroy y Woods, ¿está claro? Ellos tienen su agenda por la razón que sea. Están diciendo lo que quieren decir, pero eso no tiene relación ni efecto sobre mí. Yo voy a seguir en el LIV por un largo, largo período de tiempo”, frase.
Con mano de hierro, el responsable de la gira árabe aseguró: “No me importa lo que digan, no me iré a ninguna parte. Estoy muy orgulloso de la posición en la que estoy y, tal vez, mi liderazgo los tiene asustados”. Más allá de su actitud combativa, el oceánico considera que hasta podrían acercar las partes: “Por supuesto que podemos llegar a un acuerdo bajo mi liderazgo. Tiger podría ser un mensajero del PGA Tour, ¿verdad? Quien sabe. Todo lo que sés es que vamos a seguir haciendo lo que estamos haciendo con LIV, y seguiremos avanzando”, agregó.
Mientras tanto, varios jugadores que se comprometieron con el LIV y consecuentemente fueron suspendidos por el PGA Tour siguen descendiendo dramáticamente en el ranking mundial, lo que los aleja en algunos casos de disputar majors. El español sergio garcia entró en una fecha impactante: apareció en el puesto 105° y salió del top 100 por primera vez en 23 años. Brooks Koepka, ganador de cuatro majors y que llegó a ser N° 1, terminará fuera de los 50 majors antes de que concluya el año, misma situación que el sudafricano Luis Oosthuizen.
Al mismo tiempo, Dustin Johnson, también que en este momento alcanzó la cima y llegó a 135 semanas acumuladas en lo más alto, sigue bajando y ya aparece 40°, una posición que no ocupaba desde principios de 2010.
LA NACION